Muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero después de leer este texto, ¿comprenderán el por qué?
Cuando le diagnosticaron diabetes a mi hija, cuando tenia dos años de edad, (en el año 1993), quien la atendió fue un endocrino para adultos, que dosificó un solo tipo de insulina, la NPH, y me dijo que volviera en 3 meses y nunca me advirtió de una hipoglucemia, (baja de azúcar) menos su concepto, causas y cómo actuar. No tenía un celular para comunicarme y preguntar qué hacer.
No me informó sobre el periodo de LUNA DE MIEL, que iba a requerir menos dosis de acuerdo a su evolución, no existían correcciones, ni conteo de carbohidratos, adaptabas la comida a las glucemia, si estaba alta reducía la comida, y aplicaba la misma dosis por mucho tiempo, alta o baja la misma dosis por recomendaciones médicas.
A mi hija empezó a darle bajas de glucosa cada día a las 11 a.m. y de la comida ni hablar, me recomendó una nutricionista que le redujo todas las comidas. Las meriendas eran 3 tostadas grilé de menor tamaño y 2 rodajas de queso del tamaño de una la caja de fósforo.
Después me recomendaron una endocrina pediatra, el cual visité y le cambió a la insulina Mixtard (70/30), Las insulinas hace 20 años eran de origen porcinas causantes de mayor lipodistrofia. Encontrarlas era un odisea, se agotaban y tenía que recorrer 10 farmacias hasta obtenerlas.
Los glucómetros no se encontraban, menos las tiras reactivas. No existían tiras para cetonas y los exámenes de laboratorios duraban 24 horas.
Con la insulina Mixtard que era la única en ese entonces sabía usar la doctora, las hipoglucemias se acentuaron y la próxima cita la planificaba para después de 6 meses, A mi hija le daban bajas con convulsión a las 4 a.m., pero mi medidor de glucemia tardaba 2 minutos para obtener el resultado. A veces la tira se dañaba, y así pasaban los minutos, hasta ver el resultado que era un LOW, (menos de 20mg/dl). Aún después de que ya había actuado, había dado agua azucarada sin medidas ni control. La gota de sangre era de 100 micras que tenías que pinchar profundo para obtenerla.
En mi País no había guías, ni educadores en diabetes, ni grupos de apoyo, ni Internet, ni valiosa información. Solo era la intuición, el instinto de salvar a tu hija.